Hoy en día, el Comercio Internacional ha evolucionado hasta un punto en el que ninguna nación puede permitirse ser auto suficiente. A distintos niveles, todos los países participan en el proceso de vender lo que producen y adquirir aquello de lo que carecen: ninguno puede depender de sus recursos propios, por lo tanto, la incidencia del factor transporte es fundamental, en especial aquel que mueve el 90% de los bienes a nivel mundial: el Transporte Marítimo Internacional.
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Según la Organización Marítima Internacional (OMI), el transporte marítimo es "el Vehículo del Comercio Mundial", por lo tanto se confía en que los Gobiernos, organizaciones, el sector y demás partes interesadas sean capaces de resaltar su gran importancia como base del comercio internacional y de la economía mundial, dado que es el método más económico, seguro y respetuoso con el medio ambiente para el transporte de mercancías en todo el mundo.
Más del 90% del comercio mundial se transporta por mar, siendo casi imposible cuantificar en términos monetarios su valor. Sin embargo, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) calcula que los buques mercantes contribuyen a la economía mundial con unos US$380 mil millones por concepto de fletes, lo cual equivale a aproximadamente el 5% del comercio mundial total. El comercio marítimo suele calcularse en toneladas-millas, es decir, el tonelaje transportado multiplicado por distancia recorrida. En el 2003, por ejemplo, el sector transportó unos 6.100 millones de toneladas (una distancia aproximada de cuatro millones de millas), lo cual arroja la asombrosa cifra de 25 billones de toneladas-millas.
El comercio marítimo mundial navega a un ritmo insostenible
Demasiados barcos nuevos para una carga cada vez más escasa. Las empresas navieras operan con buques más grandes para ahorrar sin que se genere carga suficiente para llenarlos. Este desequilibrio, que se agranda año tras año, ha provocado el desplome de los precios y está llevando al límite la rentabilidad de las operaciones del sector y de las navieras. Las empresas que ahorraron durante la época de vacas gordas intentan salir a flote con fusiones en un mercado ya de por sí en muy pocas manos. Las que no, se han visto abocadas a la quiebra por la fuerte crisis que vive el sector en el comercio mundial.
En el auge y posterior declive de la demanda está, fundamentalmente, China. En menos de quince años, el gigante asiático multiplicó sus importaciones casi por siete, y las navieras ampliaron sus recursos para saciar este apetito. “La concentración del crecimiento en China aumentó la vulnerabilidad del comercio marítimo a las fluctuaciones que afectan a la demanda y el desempeño económico del país”, asegura la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD, en sus siglas en inglés), en su último informe del sector.
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